19/8/09

¿Qué hago con los defectos de mi cónyuge?


Descubrir que los defectos del marido, o por lo menos lo que se consideran como defectos, no son actos que él realiza precisamente para “molestarme” es de capital importancia. Así como se lucha por desarraigar defectos personales, que se me presentan como insuperables y de los que fácilmente me justifico, igualmente él tiene su propia lucha que no debo descalificar y “evaluar” frívolamente.

“Marido y mujer, movidos por un amor más templado y de más quilates, luchan efectivamente por evitar todo aquello que pudiera perturbar la paz y la armonía familiar; no cambian de manera radical excepto en ocasiones muy contadas, porque esto es muy difícil entre los seres humanos; pero mejoran: buscan los medios para hacer que aquellos detalles que en buena medida no pueden soslayar, se tornen para el otro cónyuge menos gravosos”.[1] “En cambio si se dramatiza los pequeños contrastes y mutuamente comienza a echarse en cara los efectos y las equivocaciones, entonces se acaba la paz y se corre el riesgo de matar el cariño”.[2]

a. La donación de uno mismo sólo cabe exigírsela a uno mismo.

Qué gran libertad interior trae a la vida matrimonial, tomar la decisión de ver solamente los defectos propios y los méritos del otro. Como dije anteriormente, esta actitud no se improvisa, requiere esfuerzo de la inteligencia para no juzgar, y de la voluntad para querer tener deseos de vivir en positivo, aún en medio del cansancio, de la fatiga de una enfermedad prolongada, o de las contrariedades económicas. Pero es algo que se puede lograr con réditos muy positivos para la familia, y los primeros beneficiados de ésta actitud son los hijos. La mejor forma de transmitirles un aprendizaje significativo, es con el ejemplo. Requiere mucho dominio propio, pero es algo que no resulta cansado porque se hace por el bien del otro; como cuando una madre se levanta en la madrugada a dar la medicina al hijo, ni siquiera se cuestiona si es cansado o no, se hace por amor y porque es lo mejor para el otro.

Para fundamentar lo anterior me permito citar a Borghello en el libro Crisis del amor, que enuncia lo siguiente: “si quieres cambiar a tu cónyuge cambia tú primero en algo”. Continúa diciendo: “Siempre existe algo en el tono de la voz, en el modo de recriminar, en el de presentar el problema, etc., en que yo puedo mejorar. Por lo común basta que yo lo haga para que la otra persona también cambie. Si no sucediera así, después de algunos días de mudanza real por mi parte, es conveniente hablar: se reconocen los propios errores pasados, se hace notar que de un tiempo a esta parte ha habido un avance y, a renglón seguido, se pide al cónyuge una pequeña transformación que facilite el amarlo con los defectos. Una vez hecho esto, si el otro está de acuerdo, lo más importante ya ha sido llevado a término. Sin duda, sería exagerado pretender que desde ese momento no caiga más en el defecto admitido; basta que luche. Lo importante, con el arte del diálogo, es que cada uno reconozca las propias deficiencias sin necesidad de encarnizarse en las de la pareja”.

Tres ideas claves que dan luces a aquellas personas que quieren solventar las dificultades en la comunicación y la convivencia familiar.

1. Yo debo cambiar primero.

Ante una dificultad de relación, deberíamos saber que hay una sola persona sobre la que es preciso incidir para mejorar la situación: Uno mismo!. Y esto siempre es posible. Habitualmente, en cambio, se pretende que sea el otro cónyuge, cosa que nunca se logra. Esto es válido para la relación con el cónyuge, y para algunos momentos difíciles por los que suele atravesar nuestra relación con los hijos. Es parte de nuestro conocimiento de ellos, saber qué les molesta en los planteamientos que hacemos, saber porqué reaccionan a la defensiva ante ciertos comentarios, etc. Lo cual, también es totalmente válido en el ámbito educativo.

2. Preocuparme por entregarme yo al otro.

Es decisivo mantener una voluntad radical de donación de sí mismo al otro. A menudo, los cónyuges se dedican a calibrar el amor del otro, la entrega del otro, con lo que devalúan la incondicionalidad de su propia entrega. La donación de uno mismo sólo cabe exigírsela a uno mismo. La del cónyuge es asunto suyo, de saber amar. Y no se obtendrá reclamándosela, sino creando un clima de entrega. Es necesarísimo enfatizar en este punto: amamos a la persona por lo que es, no porque cambia tal o cual defecto. No manipulamos el amor, cambiando nosotros para que cambie el otro, cambiamos incondicionalmente, porque mi cambio es lo mejor que puedo otorgarle de mí misma al otro.

3. Animarlo al cambio, no pretenderlo.

Es inútil y contraproducente pretender que el otro cambie como digo yo y porque lo digo yo. Cabe animarle y ayudarle a mejorar, pero no pretenderlo. Puede asegurarse que muchas familias fallan porque cada cual está convencido de que es el otro quien debe cambiar, o al menos ha de hacerlo en primer lugar.

Como corolario, quiero recalcar que para cumplir con los propósitos que cada pareja, o familia se proponga, debe existir una actitud básica. Me refiero a la habitual disposición de perdonar, e incluso antes, pedir perdón, que es la mejor manera de acabar con un enfado, para llegar a la paz y al cariño. La humildad es la virtud que nos ayudará a recorrer este camino del amor verdadero. La familia es el lugar del perdón, y se debe educar a los hijos para saber perdonar y comprender; para pasar por alto y olvidar. Esto les va a ser de gran ayuda en los días difíciles del matrimonio y de la vida. Así se educa para la Vida!


[1] Le esencia del amor humano, Tomás Melendo

[2] Conversaciones con Mons Escrivá de Balaguer, Josemaría Escrivá de Balaguer

2 comentarios:

alairelibrevzla@gmail.com dijo...

No abandone el blog. Hace MUCHA falta. Particularmente, me gustaría que comentara el siguiente video: http://www.youtube.com/watch?v=VTOuJsYmO_M
Me parece que tiene mucha tela que cortar y que la persona que lleva este blog, es la "costurera" ideal para hacerlo. Se puede desarrollar cada punto señalado en la historia ¿no? Un saludo desde Venezuela, esperando ansiosamente ver este espacio activo de nuevo.

Unknown dijo...

Gracias por tu comentario, y por la sugerencia.
Comentaré el video lo más pronto posible.
Gracias de nuevo.

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